La Justicia
es un concepto que proviene del latín “Iustitia”. Podemos definirla como la concepción que cada época,
civilización, cultura, país, pueblo o individuo tienen de su ordenamiento
jurídico, y todas las normas en sentido amplio que de él emanan. Así, este marco
normativo restringe la actividad de individuos e instituciones, autorizando,
prohibiendo o delimitando las acciones (y también omisiones) de estos.
Ulpiano,
grandísimo jurista romano, nacido en
Tiro, aproximadamente en 172 d.C. y muerto en Roma en torno al 223 d.C., y que
está considerado uno de los más grandes jurisconsultos de la historia del
Derecho, calificaba la justicia como la constante y perpetua voluntad de dar
(conceder), a cada uno su derecho". Los derechos son: "honeste vivere,
alterun non laedere et suum quique tribuere"... "vive honestamente,
no hagas daño a nadie y da a cada uno lo suyo".
La Justicia, desde tiempo
atrás, ha tenido como objetivo primordial, mantener el orden entre los
individuos que conforman una pluralidad. En muchas ocasiones, ha ido de la mano
de la religión, pues el derecho era insuficiente para salvaguardarla, teniendo que
buscar en el ámbito eclesiástico su punto de equilibrio. Sin embargo, en la
actualidad, especialmente en los países más desarrollados, iglesia y derecho,
aun teniendo muchos valores coincidentes dirigidos a
alcanzar la Justicia, ya no transitan juntos.
No obstante, la Justicia es un término más que subjetivo,
pues el instrumento utilizado para alcanzarla, el derecho, no siempre es justo.
Y este hecho, siempre ha sido así, por poner un ejemplo; en la Edad Antigua era más
que usual la esclavitud, incluso en la Roma clásica estaba reconocida por el
derecho, y sin embargo, ¿era justa?...evidentemente ningún tipo de esclavitud
es justa.
Y es que los países están en constante evolución, llevando a cabo
continuos intentos de unir Derecho y Justicia; por ejemplo, en las últimas
semanas, hemos vivido como el Gobierno español ha reformado la Ley Hipotecaria,
en un intento de evitar los llamados “desahucios injustos”; asunto éste, que ha
sido tocado por este despacho en el artículo “Stop a los desahucios” publicado
el 16 de noviembre. Sin embargo, la justicia que se ha ganado por un lado, se
ha perdido por otro. De este modo, no parece justo que se cobren tasas
judiciales a todo aquel que quiera tener acceso a los Tribunales. Este tema
también ha sido abordado en la publicación de 27 de noviembre “Las Tasas judiciales,
un problema para todos”.
Y es que, llegados a este punto, la pregunta es, ¿podremos
alcanzar alguna vez la Justicia absoluta?, o estaremos ante el famoso dicho de
la manta, “si te tapas la cabeza, te destapas los pies y viceversa”.
En nuestra
opinión, la Justicia es una creación humana, y como toda creación humana, es
imperfecta.
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