Un año más nuestro despacho se tiñe de Navidad, y de nuevo nos queremos poner en la piel de los más pequeños, en sus ojos llenos de ilusión.
Como no puede ser de otra forma, nos acordamos muy especialmente de todas aquellas personas que ya no están con nosotros, de quienes se encuentran en un mal momento, o padeciendo en carne propia o de seres queridos enfermedades u otros reveses de la vida. Cuando ello sucede, sólo queda mirar a nuestro alrededor y disfrutar de esas pequeñas personitas, quienes de forma constante nos enseñan la parte buena de la vida, aquella que según vamos cumpliendo años se nos va difiriendo, en muchos casos hasta perder toda ilusión.
Nos negamos a ello, por esa razón, debemos sumergirnos en el aura de todos los niños y niñas, que, con sus sonrisas, nos recuerdan que un día fuimos como ellos, pensamos como ellos, disfrutamos como ellos, e incluso, trasteamos como ellos.
Dicen que no siempre lo urgente coincide con lo realmente importante, y cuanta razón tiene ese dicho, pues a diario nos enfrentamos a una escalera de cosas "urgentes", que vamos escalando con cierto automatismo, resolviendo supuestos asuntos perentorios, hasta que un buen día, sufrimos un "golpe", miramos a nuestro alrededor, y nos damos cuenta de que todo eso nada tenía de urgente. La vida es dura, pero es sabia.
Urgente es la salud, urgente es la compañía de nuestros seres queridos, urgente es el “ahora” de los más pequeños. No nos dejemos engañar por el tedioso laberinto en que en ocasiones se convierte la vida y su rutina, disfrutemos de lo cotidiano como lo hacen los pequeños e incluso nuestros mayores. Ese es el mejor regalo que nos podemos dar, y que le ofreceremos a quienes nos rodean; no perdamos el tiempo buscando en lo vacío.
FELIZ NAVIDAD 2024, y que no nos saquen de este sueño. Nuestros mejores deseos para todos y todas.
Javier y José María Sainz-Ezquerra Méndez
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